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AGOSTO, 2021

¿SABÍAS DIFERENCIAR LA SARDINA Y EL BOQUERÓN?

Son muy parecidos, pero se pueden diferenciar con bastante facilidad. La sardina siempre es más grande que el boquerón, sin embargo tiene la boca más pequeña y el vientre más grande. El boquerón es más fino y más circular o alargado. Ambas especies se pueden presentar y cocinar de las mismas formas.

Ya sea por su pequeño tamaño o por ser un tipo de pescado de agua salada aceitosa, se venden principalmente en latas, o en diferentes tiendas de pescadería, la sardina y el boquerón se colocan una al lado de la otra en el mismo estante y a menudo se confunden entre sí

Los compradores en los supermercados pueden adquirir una variedad de pescado, pero las dos opciones más populares son las sardinas y los boquerones. Aunque son pequeños y grasosos, el sabor, la apariencia y el origen de estas conservas de pescado son completamente diferentes.

Las sardinas son autóctonas del sur del Mediterráneo. Son más grandes que las anchoas y pertenecen a la misma familia que el arenque. En comparación con las sardinas, los boquerones son más pequeños y aceitosos. Ahora que estamos en época y es un super alimento encuentra aquí en nuestro blog las principales diferencias y aprende a escoger cualquiera de estos pescados sin equivocación.

Sardina y boquerón

Principales diferencias de la sardina y el boquerón

Usar sardinas en lugar de boquerones no es una buena idea y viceversa. Cuando se cocinan, los dos pescados se comportan de manera muy diferente. Los boquerones tienden a derretir y salar todo el plato. Las sardinas son más carnosas y suaves.

Principales diferencias de la sardina y el boquerón

La carne espesa de las sardinas no se disuelve como un filete de pescado. Intentar emulsionar las sardinas en el aderezo césar para ensaladas sería desastroso. Las sardinas y los boquerones son dos pescados completamente diferentes.

Las sardinas, son un grupo de pequeños peces grasos que alguna vez se encontraron en grandes cantidades cerca de Cerdeña en el Mediterráneo. Pertenecen a la familia Krupi, y existen al menos 18 especies diferentes de sardinas.

Los boquerones son también un pequeño pescado azul que se encuentra comúnmente en el Mediterráneo y la parte norte de Escandinavia. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación enumera más de 140 boquerones y todos son miembros de la familia Engraulidae.

El principal comercial es el pez europeo. Al observar las características específicas de los dos peces, en realidad no son tan similares como podrías pensar. A continuación encontrarás las principales diferencias entre la sardina y el boquerón.

Lucen diferentes

Las sardinas son las más grandes de los dos, hasta 20 cm de largo. Tienen carne blanca y generalmente se identifican por sus mandíbulas ligeramente salientes. Por otro lado, los boquerones se venden después de la cura, con pulpa roja grisácea más oscura, generalmente de menos de 15 cm de largo.

La boca

La similitud es bastante similar en color y tamaño. Pero siempre existe alguna diferencia entre los pescados. En este caso, la principal diferencia física radica en la boca: la boca del boquerón es ancha y fina, mientras que la boca de la sardina es corta y pequeña.

Del mismo modo, el abdomen de las sardinas es más pronunciado (gordo), mientras que la delgadez de los boquerones indica la diferencia.

Sardina (pilchardus): Rayas horizontales. Competencia de mandíbula. Aleta dorsal excepto por las dos pequeñas aletas pélvicas, la zona ventral es lisa.

Pescado boquerón (Engraulis encrasicolus): La pequeña aleta dorsal se encuentra en el medio del lado dorsal. Dos aletas pélvicas.

Tienen diferentes sabores

Además de ser más grandes, las sardinas también tienen un sabor más ligero y menos intenso que los boquerones. Los boquerones  son conocidos por su sabor único y agresivo. Este sabor único proviene del proceso de marinado del pescado. En este proceso, los pescados pequeños generalmente se secan con sal y luego se enlatan en olive oil.

Diferentes platos

Desde asar a la parrilla hasta filetes de pescado, marinar y freír, ambos tipos de pescado se pueden comer de todas las formas posibles, y hay un sistema de entrega de boquerón-anchoas exclusivo: la pizza. Por supuesto.

En el pasar de los años, sobre todo en la actualidad, los niños han destruido por error este relleno especial, pero las anchoas son una de las primeras pizzas, la clave del adobo de pizza que solo utiliza tomates y anchoas como relleno, por lo que hay que respetarlo.

Si son sardinas o boquerón, lo que quieres comer, te conviene aprovechar que son de temporada en verano para poder añadirlas a tu menú semanal con más frecuencia. Es sano comer varias  raciones de estos pescados a la semana, son dos opciones asombrosas para variar tus comidas.

boquerón

«Son alimentos ricos en omega3, calcio, Vit D y Vit B12”»

¿Cómo cocinarlas?

Generalmente, estos dos pescados reciben la misma preparación. Se cocinan comúnmente y es muy sabroso en aceite caliente (freírlas).

Frecuentemente la técnica está en hacerlos en una sartén, con un toque de aceite de tu preferencia (la sartén que mejor aguante la temperatura del aceite caliente) y se le agrega cebolla y ajo. Un buen tips para reducir el olor durante la fritura es incorporar unas cáscaras de limón.

Cocina libre de olor

Ambos son pescados delicados que emanan mucho olor cuando están siendo cocinados. Por eso es conveniente cocinarlos el día de la compra. Sigue estos excelentes consejos para que más nunca te pase que tu casa huela a sardina:

  • Limpiar eficientemente el pescado: Al cocinarlos en la olla interior huelen más y lo mejor es retirarlos. También se debe quitar la parte final del pescado para que no exista mucho olor.
  • Hornearlos: Antes de hornearlos entiérralos bajo sal, preferiblemente sal gruesa/espesa para que los granos absorban el olor. Además si te gusta, puedes agregar hierbas aromáticas para darle sabor (si no quieres tener olor en el horno, coloca un envase con agua y jugo de limón mientras aún está caliente).
  • Forma de pezón: Realiza una envoltura de una forma bien sellada, así se captura el olor en la envoltura y no en el ambiente.
  • Conservas: La solución a este asunto es cocinarlas al aire libre, es una gran manera de disfrutar de las sardinas sin provocar ningún olor peculiar.

¿Boquerón, bocarte o anchoa son todos iguales?

Son nombres que definen a una misma especie de pez, es decir, el pez adulto Engraulis Encrasicolus. Es un pez azul que crece entre 15 y 20 cm en la edad adulta como se ha mencionado anteriormente y es bastante famoso en España.

DIFERENCIAS ENTRE BOCARTE, ANCHOA Y BOQUERÓN

bocartes frescos
Bocartes frescos

Los nombres de Bocarte, Anchoa y Boquerón,  se alternan en la geografía española y dependiendo también de la forma de presentación  o elaboración.

En Galicia, Asturias y Cantabria lo habitual es  denominarle  bocarte cuando se presenta frito, sin embargo a nadie se le ocurre hablar de bocartes en vinagre, sino de boquerones en vinagre y usamos  la palabra anchoa para designar los filetes que sacamos de una lata, generalmente cántabra o vasca, salvo que se hable de la preciada  anchoa en salazón de la Costa Brava.

El bocarte,  no va en denominación más allá de la cordillera cantábrica, se convirtiéndose más allá, en boquerón, salvo en el caso de la conserva. En el País Vasco, allí todas son antxoas sean frescas, marinadas o, por supuesto, en aceite de oliva y en lata.

En Cantabria se denominan así:

  • Bocarte: en fresco y cocinado.
Bocartes rebozados
Bocartes rebozados
  • Anchoa: en salazón.
Plato de anchoas
Plato de anchoas
  • Boquerón: en vinagre.
Boquerones en vinagre
Boquerones en vinagre

 

 
Tamara Lloret
Directora de Naturtek.

Boquerón o anchoa

Propiedades nutritivas

El boquerón es un pescado azul, es decir, un pescado graso. En concreto, posee unos 6 gramos de grasa por cada 100 gramos de porción comestible, aunque no es uno de los pescados más grasos -las sardinas, el atún o el salmón poseen un contenido graso superior-. La grasa presente en los pescados azules es rica en ácidos grasos omega-3, que contribuyen a disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos plasmáticos y además aumentan la fluidez de la sangre, lo que previene la formación de coágulos o trombos. Por este motivo, se recomienda el consumo habitual de boquerones a la población general, y de manera particular en caso de trastornos cardiovasculares. Asimismo, el boquerón es una excelente fuente de proteínas de alto valor biológico, al igual que el resto de pescados. En cuanto a las vitaminas, destaca la presencia de algunas pertenecientes al grupo B como la B2, B3, B6 y B12, todas ellas con importantes funciones. En general, estas vitaminas permiten el aprovechamiento de los nutrientes energéticos (hidratos de carbono, grasas y proteínas), e intervienen en procesos de gran importancia funcional (formación de glóbulos rojos, síntesis de material genético, funcionamiento del sistema nervioso y sistema de defensas, etc.). No obstante, la cantidad presente de estas vitaminas, salvo la B12, no es muy significativa si se compara con alimentos ricos en estos nutrientes (cereales integrales, legumbres, verduras de hoja verde, levadura de cerveza, hígado y carnes en general).

La riqueza en grasa del boquerón hace que contenga cantidades interesantes de vitaminas liposolubles como la A y la D. La vitamina A contribuye al mantenimiento, crecimiento y reparación de las mucosas, piel y otros tejidos. Favorece la resistencia frente a las infecciones, es necesaria para el desarrollo del sistema nervioso y para la visión nocturna. También interviene en el crecimiento óseo y participa en la producción de enzimas en el hígado y de hormonas sexuales y suprarrenales. La vitamina D regula los niveles de calcio en la sangre y favorece su absorción y la fijación de este mineral en los huesos.

En lo relativo a los minerales, el boquerón es buena fuente de fósforo, potasio y selenio y en menor proporción de magnesio y yodo, y su contenido medio de hierro es equiparable al de la mayoría de los pescados. 

El fósforo está presente en los huesos y dientes. También interviene en el sistema nervioso y en la actividad muscular, y participa en procesos de obtención de energía. El potasio es un mineral necesario para el sistema nervioso y la actividad muscular e interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula. El selenio es un antioxidante que también participa en el metabolismo de las grasas y en el sistema inmunológico.

El magnesio se relaciona con el funcionamiento de intestino, nervios y músculos. Forma parte de huesos y dientes, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante. El yodo es indispensable para el buen funcionamiento de la glándula tiroides que regula numerosas funciones metabólicas, así como para el crecimiento del feto y el desarrollo de su cerebro. El hierro forma parte de la hemoglobina, proteína que transporta el oxígeno desde los pulmones a todas las células del organismo, por lo que su aporte adecuado previene la anemia ferropénica. Cabe destacar que cuando el boquerón se consume entero, sobre todo en forma de anchoas en conserva, se aprovecha el calcio que contienen sus espinas. De hecho, la cantidad de calcio que aportan 100 gramos de estos pescados es similar a la de un vaso de leche.

Las anchoas, y en general los pescados en conserva, poseen cantidades elevadas de sodio, un mineral que se usa como conservante, por lo que personas con hipertensión arterial o problemas de retención de líquidos han de evitar consumir de forma habitual este tipo de productos. Además, el boquerón presenta otro inconveniente que comparte con todos los pescados azules y es su contenido en purinas, que en el organismo se transforman en ácido úrico, por lo que no se aconseja en caso de hiperuricemia o gota.

El boquerón es, junto con la merluza, el principal alimento relacionado en la alergia por Anisakis según los últimos estudios realizados por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica. Este parásito se localiza en las vísceras del pescado y pasa al músculo del pez cuando muere. El Anisakis se ingiere cuando se toma pescado crudo o poco cocinado, por lo que las semiconservas de anchoa y los boquerones consumidos crudos, tan sólo macerados en ajo, aceite y vinagre, constituyen un foco potencial esta infección.

Composición por 100 gramos de porción comestible – Datos 2019 / BEDCA
Calorías 128
Proteínas (g) 17,6
Grasas (g) 6,3
Fósforo (mg) 182
Hierro (mg) 1
Magnesio (mg) 29
Yodo (mg) 20
Selenio (mcg) 36,5
B2 o riboflavina (mg) 0,3
B3 o niacina (mg) 7,6
B6 o piridoxina (mg) 1,1
B9 o ácido fólico (mcg) 8,3
B12 o cianocobalamina (mcg) 1,9
Vitamina A (mcg) 47
Vitmamina D (mcg) 8

mcg = microgramos

Sardinas

Junto con el atún, el bonito, el salmón y el boquerón, las sardinas son uno de los pescados azules más populares y consumidos en España. ¿Y cuál es la principal diferencia entre el pescado azul y el blanco? Su contenido en grasa, mayor en los azules (motivo por el que resultan más sabrosos).

Valor nutricional (cantidad 100 g)

– Calorías: 208

– Grasas totales: 11 g

– Colesterol: 142 mg

– Sodio: 505 mg

– Potasio: 397 mg

– Hidratos de carbono: 0 g

– Proteínas: 25 g

Las sardinas, como el resto de pescados azules, son ricas en ácidos grasos omega-3, elementos esenciales para el buen funcionamiento del organismo pero que “el cuerpo no puede producir por sí solo, de tal manera que los debe obtener de los alimentos”, recoge MedlinePlus, la web de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos.

Beneficios de las sardinas

Las sardinas son ricas en ácidos grasos omega-3, esenciales para el organismo

Los omega-3 son beneficiosos para el corazón, ya que poseen efectos antiinflamatorios y anticoagulantes, ayudan a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos y también contribuyen a bajar la presión sanguínea.

Una ración de sardinas, según la Fundación Española de Nutrición, “casi cubre el 100% de los objetivos nutricionales recomendados para la ingesta diaria de la población”. Y además, su aporte proteico es de alto valor biológico, por lo que son un plato más que recomendable si queremos llevar una dieta equilibrada y sabrosa.

Propiedades de las sardinas

Son también ricas en fósforo, selenio, yodo, hierro y magnesio

 

Las sardinas son una buena fuente de Omega3

Las bondades de la sardina no terminan aquí: también es rica en minerales, sobre todo fósforo, así como selenio, yodo, hierro y magnesio. Contiene algunas vitaminas del grupo B como la B12, la B6 y la niacina, así como cantidades significativas de vitaminas liposolubles E y D (que ayuda a absorber el calcio).

Podemos encontrar sardinas frescas todo el año, pero entre julio y noviembre su pesca es más abundante. Es un pescado que suele medir entre 15 y 20 centímetros, aunque existen ejemplares que pueden llegar a los 25 centímetros.

¿Cuándo comer sardinas?

El mejor momento para tomarlas es entre julio y noviembre

Lata de sardinas

Jugosas y sabrosas si se preparan bien, las sardinas admiten múltiples elaboraciones culinarias: en escabeche, a la plancha, a la parrilla, al horno (para evitar las humaredas y los olores), fritas, rebozadas, en papillote, rellenas o en conserva. En este último caso contienen una mayor cantidad de calcio porque entonces ingerimos la espina, que se deshace en la boca.

Las latas de pescado azul, como las sardinas, deben formar parte de nuestro fondo de armario culinario. Solo deben evitarlas o moderar su ingesta quienes padecen hiperuricemia o gota, porque su elevado contenido en purinas favorece la presencia de ácido úrico.

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AGOSTO, 2021

¿SABÍAS DIFERENCIAR LA SARDINA Y EL BOQUERÓN?

plato de sardinas

Son muy parecidos, pero se pueden diferenciar con bastante facilidad. La sardina siempre es más grande que el boquerón, sin embargo tiene la boca más pequeña y el vientre más grande. El boquerón es más fino y más circular o alargado. Ambas especies se pueden presentar y cocinar de las mismas formas.

Ya sea por su pequeño tamaño o por ser un tipo de pescado de agua salada aceitosa, se venden principalmente en latas, o en diferentes tiendas de pescadería, la sardina y el boquerón se colocan una al lado de la otra en el mismo estante y a menudo se confunden entre sí

Los compradores en los supermercados pueden adquirir una variedad de pescado, pero las dos opciones más populares son las sardinas y los boquerones. Aunque son pequeños y grasosos, el sabor, la apariencia y el origen de estas conservas de pescado son completamente diferentes.

Las sardinas son autóctonas del sur del Mediterráneo. Son más grandes que las anchoas y pertenecen a la misma familia que el arenque. En comparación con las sardinas, los boquerones son más pequeños y aceitosos. Ahora que estamos en época y es un super alimento encuentra aquí en nuestro blog las principales diferencias y aprende a escoger cualquiera de estos pescados sin equivocación.

 

Sardina y boquerón

 
 

Principales diferencias de la sardina y el boquerón

Usar sardinas en lugar de boquerones no es una buena idea y viceversa. Cuando se cocinan, los dos pescados se comportan de manera muy diferente. Los boquerones tienden a derretir y salar todo el plato. Las sardinas son más carnosas y suaves.

La carne espesa de las sardinas no se disuelve como un filete de pescado. Intentar emulsionar las sardinas en el aderezo césar para ensaladas sería desastroso. Las sardinas y los boquerones son dos pescados completamente diferentes.

Las sardinas, son un grupo de pequeños peces grasos que alguna vez se encontraron en grandes cantidades cerca de Cerdeña en el Mediterráneo. Pertenecen a la familia Krupi, y existen al menos 18 especies diferentes de sardinas.

Los boquerones son también un pequeño pescado azul que se encuentra comúnmente en el Mediterráneo y la parte norte de Escandinavia. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación enumera más de 140 boquerones y todos son miembros de la familia Engraulidae.

El principal comercial es el pez europeo. Al observar las características específicas de los dos peces, en realidad no son tan similares como podrías pensar. A continuación encontrarás las principales diferencias entre la sardina y el boquerón.

Lucen diferentes

Las sardinas son las más grandes de los dos, hasta 20 cm de largo. Tienen carne blanca y generalmente se identifican por sus mandíbulas ligeramente salientes. Por otro lado, los boquerones se venden después de la cura, con pulpa roja grisácea más oscura, generalmente de menos de 15 cm de largo.

La boca

La similitud es bastante similar en color y tamaño. Pero siempre existe alguna diferencia entre los pescados. En este caso, la principal diferencia física radica en la boca: la boca del boquerón es ancha y fina, mientras que la boca de la sardina es corta y pequeña.

Del mismo modo, el abdomen de las sardinas es más pronunciado (gordo), mientras que la delgadez de los boquerones indica la diferencia.

Sardina (pilchardus): Rayas horizontales. Competencia de mandíbula. Aleta dorsal excepto por las dos pequeñas aletas pélvicas, la zona ventral es lisa.

Pescado boquerón (Engraulis encrasicolus): La pequeña aleta dorsal se encuentra en el medio del lado dorsal. Dos aletas pélvicas.

Tienen diferentes sabores

Además de ser más grandes, las sardinas también tienen un sabor más ligero y menos intenso que los boquerones. Los boquerones  son conocidos por su sabor único y agresivo. Este sabor único proviene del proceso de marinado del pescado. En este proceso, los pescados pequeños generalmente se secan con sal y luego se enlatan en olive oil.

Diferentes platos

Desde asar a la parrilla hasta filetes de pescado, marinar y freír, ambos tipos de pescado se pueden comer de todas las formas posibles, y hay un sistema de entrega de boquerón-anchoas exclusivo: la pizza. Por supuesto.

En el pasar de los años, sobre todo en la actualidad, los niños han destruido por error este relleno especial, pero las anchoas son una de las primeras pizzas, la clave del adobo de pizza que solo utiliza tomates y anchoas como relleno, por lo que hay que respetarlo.

Si son sardinas o boquerón, lo que quieres comer, te conviene aprovechar que son de temporada en verano para poder añadirlas a tu menú semanal con más frecuencia. Es sano comer varias  raciones de estos pescados a la semana, son dos opciones asombrosas para variar tus comidas.

 

«Son alimentos ricos en omega3, calcio, Vit D y Vit B12”»

 
 

¿Cómo cocinarlas?

Generalmente, estos dos pescados reciben la misma preparación. Se cocinan comúnmente y es muy sabroso en aceite caliente (freírlas).

Frecuentemente la técnica está en hacerlos en una sartén, con un toque de aceite de tu preferencia (la sartén que mejor aguante la temperatura del aceite caliente) y se le agrega cebolla y ajo. Un buen tips para reducir el olor durante la fritura es incorporar unas cáscaras de limón.

Cocina libre de olor

Ambos son pescados delicados que emanan mucho olor cuando están siendo cocinados. Por eso es conveniente cocinarlos el día de la compra. Sigue estos excelentes consejos para que más nunca te pase que tu casa huela a sardina:

  • Limpiar eficientemente el pescado: Al cocinarlos en la olla interior huelen más y lo mejor es retirarlos. También se debe quitar la parte final del pescado para que no exista mucho olor.
  • Hornearlos: Antes de hornearlos entiérralos bajo sal, preferiblemente sal gruesa/espesa para que los granos absorban el olor. Además si te gusta, puedes agregar hierbas aromáticas para darle sabor (si no quieres tener olor en el horno, coloca un envase con agua y jugo de limón mientras aún está caliente).
  • Forma de pezón: Realiza una envoltura de una forma bien sellada, así se captura el olor en la envoltura y no en el ambiente.
  • Conservas: La solución a este asunto es cocinarlas al aire libre, es una gran manera de disfrutar de las sardinas sin provocar ningún olor peculiar.

¿Boquerón, bocarte o anchoa son todos iguales?

Son nombres que definen a una misma especie de pez, es decir, el pez adulto Engraulis Encrasicolus. Es un pez azul que crece entre 15 y 20 cm en la edad adulta como se ha mencionado anteriormente y es bastante famoso en España.

DIFERENCIAS ENTRE BOCARTE, ANCHOA Y BOQUERÓN

Bocartes frescos

Los nombres de Bocarte, Anchoa y Boquerón,  se alternan en la geografía española y dependiendo también de la forma de presentación  o elaboración.

En Galicia, Asturias y Cantabria lo habitual es  denominarle  bocarte cuando se presenta frito, sin embargo a nadie se le ocurre hablar de bocartes en vinagre, sino de boquerones en vinagre y usamos  la palabra anchoa para designar los filetes que sacamos de una lata, generalmente cántabra o vasca, salvo que se hable de la preciada  anchoa en salazón de la Costa Brava.

El bocarte,  no va en denominación más allá de la cordillera cantábrica, se convirtiéndose más allá, en boquerón, salvo en el caso de la conserva. En el País Vasco, allí todas son antxoas sean frescas, marinadas o, por supuesto, en aceite de oliva y en lata.

En Cantabria se denominan así:

  • Bocarte: en fresco y cocinado.
Bocartes rebozados
  • Anchoa: en salazón.
Plato de anchoas
  • Boquerón: en vinagre.
Boquerones en vinagre
 
 
 
Tamara Lloret
Directora de Naturtek.

Boquerón o anchoa

Propiedades nutritivas

El boquerón es un pescado azul, es decir, un pescado graso. En concreto, posee unos 6 gramos de grasa por cada 100 gramos de porción comestible, aunque no es uno de los pescados más grasos -las sardinas, el atún o el salmón poseen un contenido graso superior-. La grasa presente en los pescados azules es rica en ácidos grasos omega-3, que contribuyen a disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos plasmáticos y además aumentan la fluidez de la sangre, lo que previene la formación de coágulos o trombos. Por este motivo, se recomienda el consumo habitual de boquerones a la población general, y de manera particular en caso de trastornos cardiovasculares. Asimismo, el boquerón es una excelente fuente de proteínas de alto valor biológico, al igual que el resto de pescados. En cuanto a las vitaminas, destaca la presencia de algunas pertenecientes al grupo B como la B2, B3, B6 y B12, todas ellas con importantes funciones. En general, estas vitaminas permiten el aprovechamiento de los nutrientes energéticos (hidratos de carbono, grasas y proteínas), e intervienen en procesos de gran importancia funcional (formación de glóbulos rojos, síntesis de material genético, funcionamiento del sistema nervioso y sistema de defensas, etc.). No obstante, la cantidad presente de estas vitaminas, salvo la B12, no es muy significativa si se compara con alimentos ricos en estos nutrientes (cereales integrales, legumbres, verduras de hoja verde, levadura de cerveza, hígado y carnes en general).

La riqueza en grasa del boquerón hace que contenga cantidades interesantes de vitaminas liposolubles como la A y la D. La vitamina A contribuye al mantenimiento, crecimiento y reparación de las mucosas, piel y otros tejidos. Favorece la resistencia frente a las infecciones, es necesaria para el desarrollo del sistema nervioso y para la visión nocturna. También interviene en el crecimiento óseo y participa en la producción de enzimas en el hígado y de hormonas sexuales y suprarrenales. La vitamina D regula los niveles de calcio en la sangre y favorece su absorción y la fijación de este mineral en los huesos.

En lo relativo a los minerales, el boquerón es buena fuente de fósforo, potasio y selenio y en menor proporción de magnesio y yodo, y su contenido medio de hierro es equiparable al de la mayoría de los pescados. 

El fósforo está presente en los huesos y dientes. También interviene en el sistema nervioso y en la actividad muscular, y participa en procesos de obtención de energía. El potasio es un mineral necesario para el sistema nervioso y la actividad muscular e interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula. El selenio es un antioxidante que también participa en el metabolismo de las grasas y en el sistema inmunológico.

El magnesio se relaciona con el funcionamiento de intestino, nervios y músculos. Forma parte de huesos y dientes, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante. El yodo es indispensable para el buen funcionamiento de la glándula tiroides que regula numerosas funciones metabólicas, así como para el crecimiento del feto y el desarrollo de su cerebro. El hierro forma parte de la hemoglobina, proteína que transporta el oxígeno desde los pulmones a todas las células del organismo, por lo que su aporte adecuado previene la anemia ferropénica. Cabe destacar que cuando el boquerón se consume entero, sobre todo en forma de anchoas en conserva, se aprovecha el calcio que contienen sus espinas. De hecho, la cantidad de calcio que aportan 100 gramos de estos pescados es similar a la de un vaso de leche.

Las anchoas, y en general los pescados en conserva, poseen cantidades elevadas de sodio, un mineral que se usa como conservante, por lo que personas con hipertensión arterial o problemas de retención de líquidos han de evitar consumir de forma habitual este tipo de productos. Además, el boquerón presenta otro inconveniente que comparte con todos los pescados azules y es su contenido en purinas, que en el organismo se transforman en ácido úrico, por lo que no se aconseja en caso de hiperuricemia o gota.

El boquerón es, junto con la merluza, el principal alimento relacionado en la alergia por Anisakis según los últimos estudios realizados por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica. Este parásito se localiza en las vísceras del pescado y pasa al músculo del pez cuando muere. El Anisakis se ingiere cuando se toma pescado crudo o poco cocinado, por lo que las semiconservas de anchoa y los boquerones consumidos crudos, tan sólo macerados en ajo, aceite y vinagre, constituyen un foco potencial esta infección.

Composición por 100 gramos de porción comestible – Datos 2019 / BEDCA
Calorías128
Proteínas (g)17,6
Grasas (g)6,3
Fósforo (mg)182
Hierro (mg)1
Magnesio (mg)29
Yodo (mg)20
Selenio (mcg)36,5
B2 o riboflavina (mg)0,3
B3 o niacina (mg)7,6
B6 o piridoxina (mg)1,1
B9 o ácido fólico (mcg)8,3
B12 o cianocobalamina (mcg)1,9
Vitamina A (mcg)47
Vitmamina D (mcg)8

mcg = microgramos

Sardinas

Junto con el atún, el bonito, el salmón y el boquerón, las sardinas son uno de los pescados azules más populares y consumidos en España. ¿Y cuál es la principal diferencia entre el pescado azul y el blanco? Su contenido en grasa, mayor en los azules (motivo por el que resultan más sabrosos).

Valor nutricional (cantidad 100 g)

– Calorías: 208

– Grasas totales: 11 g

– Colesterol: 142 mg

– Sodio: 505 mg

– Potasio: 397 mg

– Hidratos de carbono: 0 g

– Proteínas: 25 g

Las sardinas, como el resto de pescados azules, son ricas en ácidos grasos omega-3, elementos esenciales para el buen funcionamiento del organismo pero que “el cuerpo no puede producir por sí solo, de tal manera que los debe obtener de los alimentos”, recoge MedlinePlus, la web de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos.

Beneficios de las sardinas

Las sardinas son ricas en ácidos grasos omega-3, esenciales para el organismo

Los omega-3 son beneficiosos para el corazón, ya que poseen efectos antiinflamatorios y anticoagulantes, ayudan a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos y también contribuyen a bajar la presión sanguínea.

Una ración de sardinas, según la Fundación Española de Nutrición, “casi cubre el 100% de los objetivos nutricionales recomendados para la ingesta diaria de la población”. Y además, su aporte proteico es de alto valor biológico, por lo que son un plato más que recomendable si queremos llevar una dieta equilibrada y sabrosa.

Propiedades de las sardinas

Son también ricas en fósforo, selenio, yodo, hierro y magnesio

 

Las bondades de la sardina no terminan aquí: también es rica en minerales, sobre todo fósforo, así como selenio, yodo, hierro y magnesio. Contiene algunas vitaminas del grupo B como la B12, la B6 y la niacina, así como cantidades significativas de vitaminas liposolubles E y D (que ayuda a absorber el calcio).

Podemos encontrar sardinas frescas todo el año, pero entre julio y noviembre su pesca es más abundante. Es un pescado que suele medir entre 15 y 20 centímetros, aunque existen ejemplares que pueden llegar a los 25 centímetros.

¿Cuándo comer sardinas?

El mejor momento para tomarlas es entre julio y noviembre

Jugosas y sabrosas si se preparan bien, las sardinas admiten múltiples elaboraciones culinarias: en escabeche, a la plancha, a la parrilla, al horno (para evitar las humaredas y los olores), fritas, rebozadas, en papillote, rellenas o en conserva. En este último caso contienen una mayor cantidad de calcio porque entonces ingerimos la espina, que se deshace en la boca.

Las latas de pescado azul, como las sardinas, deben formar parte de nuestro fondo de armario culinario. Solo deben evitarlas o moderar su ingesta quienes padecen hiperuricemia o gota, porque su elevado contenido en purinas favorece la presencia de ácido úrico